A diferencia de la miel, el jarabe de agave tiene un origen completamente vegetal, por lo que es apto para dietas veganas.
Tiene un índice glucémico mucho más bajo que el azúcar refinado e incluso que la miel: el azúcar tiene un índice glucémico de 75 sobre 100, la miel 78 y el jarabe de agave entre 15 y 20. Esto significa que consumir néctar de agave no provoca picos de glucosa en sangre, que causan picos y caídas de energía descontroladas.
Adicionalmente, genera una mayor sensación de saciedad que otros endulzantes, por lo tanto, al ingerir jarabe de agave, el cuerpo demanda una menor cantidad de producto. Además, contiene menos calorías que el azúcar. Tiene mayor poder endulzante que otros endulzantes, como la glucosa o la fructosa, se disuelve muy bien en líquidos; pero, ¿ya mencionamos que es apto para dietas veganas? ¡Increíble!
Por otra parte, un gran número de abejas sufren de diversas maneras debido a la explotación por parte de los humanos para producir miel1 y otros productos.
Mucha gente puede pensar que las abejas no sufren. Sin embargo, la evidencia disponible indica que, como muchos otros invertebrados con un sistema nervioso centralizado, sí tienen la capacidad de sufrir y disfrutar.
A pesar de ello, se utilizan para beneficio humano de formas que mucha gente desconoce. Su explotación provoca el sufrimiento y la muerte de un gran número de abejas. Esto es especialmente el caso de la miel, que las abejas producen ingiriendo polen que luego regurgitan repetidamente. Para obtener miel de las abejas, estos animales sufren diversos daños y muchos mueren.
La miel es producida por las abejas al ingerir néctar, que luego regurgitan, repitiendo este proceso varias veces. Durante el mismo, su cuerpo agrega enzimas al néctar. Las abejas almacenan la miel en panales regurgitándola en una celda, que luego queda completamente cubierta de cera. Este proceso se lleva a cabo para que la miel pueda ser consumida por las abejas en el futuro. Doce abejas obreras tardan toda su vida en producir una sola cucharadita de miel. Las abejas tienen que visitar más de dos millones de flores para crear medio kilo de miel.
La explotación de las abejas se lleva a cabo especialmente para la extracción de miel, que se vende en grandes cantidades. El uso de otros productos también implica la explotación de las abejas, y contribuye a que los daños que sufren, incluida la muerte, sean económicamente rentables. Para extraer más fácilmente la miel, a veces se calientan las colmenas mientras está en las estructuras donde se ha elaborado. Sin embargo, muchas abejas suelen ser transportadas con miel y pueden morir en el viaje. También mueren de otras formas. Si no hay ventanas en la habitación, se pueden utilizar otros métodos como una red eléctrica para deshacerse de las abejas extraviadas.
Cuando se les quita la miel a las abejas sin matarlas, se quedan sin alimento. En su lugar, se les da agua azucarada. A veces se afirma que este alimento no es peor que la miel para las abejas. Pero el azúcar no es un alimento tan adecuado para ellas, por lo que sufren de desnutrición.
La miel no es el único producto que se obtiene con la explotación de las abejas. Otros productos para cuya producción se utilizan son el veneno, el polen, la jalea real, el propóleo y la cera; pero, definitivamente, esas son buenas razones para dejar de comer miel de abejas y optar por el jarabe de agave.
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